ESPACIOS Y MATERIAL FACILITADOR DE EMOCIONES

El material y el espacio es fundamental para poder vivenciar las emociones, para poder expresarlas, para ponernos en definitiva en contacto con ellas, y poder así investigar los espacios físicos y sociales que nos rodean. En este Seminario, desarrollo tras una visión histórica por la legislación y autores, la fundamentación del espacio y el material, su adecuado uso y necesidad de los mismos, y el desarrollo y puesta en escena de multitud de materiales de todo tipo que contribuyen al desarrollo adecuado del pleno desarrollo del niño. Como siempre se apoya el seminario en videos y fotos.


 Preparar un aula con suelo y paredes empapeladas de papel continuo, bandejas de colores y nuestro cuerpo, para poder poner color a ese espacio. La actividad nos permite observar las diferentes emociones que provoca un amplio espacio al que le podemos ponber con total libertad color, el color que nosotros y nuestras huellas nos permitan. La alegría, la concentración, la observación, la cautela al principio, la busqueda de la aprobación adulta.... la actividad nos permite soltar toda la acumulación de energia, canaliza nuestras peores emociones y da rienda suelta a emociones optimas que generan bienestar en l@s pequeñ@s y los adultos que lo realizan.

                         
 Para querer crecer es importante que se les ofrezca la posibilidad de  poder escalar, subirme a algo me facilita y demuestra que confió en mí y quiero crecer. Por este motivo los psicomotricistas consideran fundamental ofrecer la posibilidad de escalar, ya sea con espalderas, o bien con módulos o plataformas.  Por todo ello resulta básico que tengamos una buena preparación los maestros en psicomotricidad, con ello conseguimos tener una escucha y visión más acertada de los movimientos de los pequeños y evitaremos contradicciones. Son muchos los educadores que prohiben subirse a las mesas a los pequeños y no les ofrecen a cambio la posibilidad de escalar o realizar esta necesidad. Cuando un niño permanentemente se sube a sitios altos, está diciéndonos que le cubramos su necesidad de crecer- subir alturas. Cuando anate este acto, que tanto se repite en las aulas, les decimos que no y les castigamos, aunque sea a eso de "pensar", el pequeño se siente confuso, por una parte le valoramos y ofrecemos lo importante que es querer hacerse mayor, pero a la vez le digo que no se suba- que no crezca, en un sinsentido. No quiero decir con esto que haya que permitir todo, y no respetar, npo hablo de libertad y descontrol. Hablo de saber interpretar sus acciones y por tanto sus necesidades, para ello hay que aprender a interpretar, y además ofrecer acciones o más bien soluciones, que no sean un riesgo para ellos o el resto, pero que le permitan satisfacer su necesidad.
Muy relacionado con atender a las emociones, está e insistiré en este blog, en lo importante que es atender y cubrir sus necesidades, lo primero que tenemos que aprender es a interpretar de forma adecuada a los pequeños, saber escucharn y poner palabras a su necesidad cuando él no es consciente de que lo necesita, pero el cuerpo se le va solo.Con el fín de obtener una idea más clara sobre este punto, siempre recuerdo la siguiente acción que todos hemos vivido alguna vez con los pequeños. Muchas veces al niño se le ha repetido que no toque algo, y por ese mismo motivo, acerca su manita con cuidado, hacia lo prohivido a la vez que mirándonos repite," no se toca", él sabe que no se toca, pero no puede controlar su mano. Algo parecido le pasa con el movimiento de su cuerpo, sabe que tiene que estar tranquilo, pero algunos no pueden, el cuerpo es como si se les moviera solo. Esto es lo que debe conocer el maestro, tenemos que reconocer esa necesidad y no poder controlar, de alguna de sus acciones. Cuando a un niño, se le permite hacer algo de una forma más dirigida, no te subas a esa mesa, pero puedes saltar desde esta silla. No lances los juguetes, pero los puedes meter o encestar aquí, este tipo de situaciones, demuestran que conocemos su necesidad, entendemos que puede ser peligroso y le ofrecemos una alternativa que canaliza esa acción deseada por él y necesaria a su vez. Decir a un niño, que pare, cuando no puede es confundirle y conseguir perder los nervios el pqueño y el adulto. Ahora bien, si partimos de esta visión más real  y basada en la evolutiva de cada niño, lo que a cada edad necesita, conseguiremos una calma adecuada y por tanto un ámbiente adecuado para poder comenzar a trabajar las emociones, su forma de expresarlas y lo más importante la adecuada forma de canalizarla.


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